martes, 25 de marzo de 2008

Una reflexión...

El origen de este triste blog fue durante el CAP (Curso de Aptitud Pedagógica); en una de las asignaturas teníamos que crear uno e insertar en él una webquest (eso de los GPS que hay más abajo). Y asignatura superada. Bravo por el nivel de exigencia para los aspirantes a profes de secundaria.

Ya terminé el CAP y me gustaría decir que vaya chufa. ¿Se supone que con 60 horas de clase ya estoy preparado para asumir la responsabilidad de formar a alumnos de secundaria? Claramente NO. Pero en fin, te dan una orientación, te avisan de lo que te vas a encontrar y te motivan para dedicarte a la Enseñanza (sí, con mayúsculas).

Lo cierto es que no debería quejarme por la formación que me dieron durante el CAP, sobre todo tras hacer las prácticas en el insituto. Resumen: asistir a las clases como si fuera un alumno más para "ver cómo funciona", dar dos horas de clase y redactar un informe con un comentario personal de la experiencia. Fin. Mi comentario fue el siguiente:

A pesar de que la experiencia ha sido algo breve, he podido conocer de primera mano los problemas actuales en la Educación Secundaria y los problemas a los que tienen que enfrentarse los profesores de esta especialidad. Los más destacables a la hora de impartir clase son los siguientes: falta de respeto hacia la figura del profesor y falta de interés hacia las materias que se imparten.
Creo que ambos problemas podrían solucionarse con un cambio radical en la imagen que los alumnos tienen de su profesor: en vez de tratar de ser una figura autoritaria que lo único que exige es silencio en la clase debería ser visto como alguien que se esfuerza para dar a los alumnos una herramienta muy valiosa para su futuro: el conocimiento y la capacidad de aprender. Sé que no es nada fácil, puesto que los alumnos están en una edad crítica y muchos profesores acaban dejándose llevar por la rutina que marcan los libros de texto.

Respecto a las clases que impartí, he de admitir que me tocó un grupo muy bueno, de 10 alumnos de 2º de bachillerato. Pude desarrollar las prácticas sin contratiempos y con buena respuesta por parte de los alumnos. Preparé las clases basándome en la estructura del libro de texto, pero estructurando los contenidos de manera más acorde con lo que es, desde mi punto de vista, una secuenciación lógica de los contenidos.

Tras esta experiencia, creo que hay muchas cosas que deberían cambiar en la Educación Secundaria, y la primera de ellas es la inercia en la que está inmerso todo el Sistema Educativo.
¿Con qué reacción me encontré por parte de la persona que me tuteló durante las prácticas?

Opción A: "¡Muy bien, me gusta que la gente joven que se incorpora al Sistema Educativo venga con entusiasmo e ilusión por hacer que ls cosas vayan a mejor!"
Opción B: "Oye tú, piltrafilla, si vas a ir de colegui con los alumnos olvídalo, aquí hay que estar de policía, y que a nadie se le ocurra aprender algo que no está en el libro."

Si has elegido la opción A es que vives en el país de las piruletas y los osos amorosos. Evidentemente, la respuesta con la que me encontré fue la B. Tratar de cambiar la manera de dar las clases para que la gente Aprenda (sí, de nuevo con mayúsculas) implicaría que muchos profesores de secundaria, apoltronados y apolillados en su plaza fija, tendrían que esforzarse por preparar y adecuar las clases, innovar, investigar, implicarse en la Formación de los alumnos... en fin, TRABAJAR, cosa que en este país no se estila demasiado en los organismos públicos.

Oigo muchas voces críticas: los alumnos vienen asilvestrados, no hay respeto, te torean como quieren, así es imposible dar clase... ¿y quién dijo que Formar a Personas era tarea fácil? Más aún cuando los alumnos están en plena edad del pavo. Me temo que muchos profesores de secundaria están ahí porque decidieron "sacarse unas oposiciones" y ¡hala! a vivir del contribuyente. Saber Educar implica algo más que sacarse unas oposiciones; para empezar implica tener Vocación. Implica tener ciertas inquietudes dirigidas a sacar lo mejor de las personas que la sociedad pone en nuestras manos. Educar no es un montaje en cadena donde los productos defectuosos de deshechan; es una labor en la que no nos deberíamos permitir fallos en el "producto final". Ya sé que las "materias primas" que la Sociedad pone en nuestras manos no son siempre las que desearíamos, pero ahí está el reto, ahí es donde se ve quién vale, quién tiene vocación para dedicarse a esto.

Defiendo y siempre defenderé la Enseñanza Pública, pero no así la dejadez y parsimonia de la que es esclava mucha gente que la ejerce.

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