Título original: Uchûjin Tôkyô ni arawaru (宇宙人東京に現わる)
Año: 1956
Duración: 87 min.
País: Japón
Director: Koji Shima
Guión: Hideo Oguni (novela: Gentaro Nakajima)
Música: Seitaro Omori
Fotografía: Kimio Watanabe
Reparto: Keizo Kawasaki, Toyomi Karita, Bin Yagasawa, Shozo Nanbu, Bontarô Miyake,Mieko Nagai, Kiyoko Hirai, Isao Yamagata, Gai Harada
Producción: Daiei Studios
Asalto a la Tierra es una auténtica rareza cinematográfica. Es la primera película japonesa de ciencia ficción rodada en color. Se trata de una película enmarcada dentro del género Tokusatsu (literalmente “efectos especiales”, que incluye películas de ciencia ficción, terror y fantasía). Surgió tras el éxito cosechado por Godzilla (1954) y siguió la estela hollywoodiense de películas de ciencia ficción que reflejaban los miedos e inquietudes de una época muy concreta: tras el caos y la devastación de la II Guerra Mundial, la ciencia y la tecnología se revelaron como poderosísimas herramientas al servicio de la humanidad, no exentas de peligro. Los viajes espaciales eran inminentes; por fin tendríamos la oportunidad de explorar otros mundos y dar respuesta a la pregunta de si había vida fuera de la Tierra (¿serían hostiles o benévolos?). Al mismo tiempo la energía nuclear se presentaba como un recurso abundante y prácticamente inocuo, si bien Japón, que había conocido recientemente el horror de las armas atómicas, la veía como una amenaza y así se vio reflejado en toda la cinematografía que abordaba el tema.
No tuvo muy buena acogida por parte de la crítica por ser un tanto bizarra y abusar de los clichés de la ciencia ficción: astrónomos con bata de laboratorio, alienígenas que adoptan forma humana, siniestros personajes que quieren comprar secretos nucleares, etc. A pesar de ello tuvo gran influencia en producciones japonesas posteriores, como Gorath (1962), Invasion of astro-monster (1965), The war of Gargantuas (1966) o producciones más posteriores como Gamera: super monster (1980).
La película trata del avistamiento de ovnis en Tokio, procedentes del planeta Paira, que vienen con malas noticias, y de cómo sólo el uso adecuado de las armas nucleares nos puede salvar de la destrucción total.
En la segunda parte se desvela la intención de los “pairanos”, que es advertirnos que un enorme asteroide se dirige hacia la Tierra e inevitablemente chocará con ella si hacemos algo. Dado que los extraterrestres no se pueden presentar a la humanidad con su aspecto normal, uno de ellos se ofrece heróicamente para tomar aspecto humano y hacerse pasar por uno de nosotros para advertirnos del peligro. Este es un momento de la película realmente inocentón y casi infantil que hace que veamos a esos extraños seres con cierto cariño.
La solución que proponen los alienígenas es que todas las naciones lancen todo su arsenal nuclear hacia el asteroide para destruirlo. La comunidad internacional se lo toma con escepticismo, ya que ningún telescopio es capaz de observar el asteroide y los ejércitos son reacios a desprenderse de sus armas (¿quién quiere quedarse indefenso?), pero una vez que se ve el asteroide las cosas cambian y dan su visto bueno a destruir el asteroide al más puro estilo Bruce Willis.
¿Lo conseguirán? ¿o chocará el asteroide contra la Tierra? Bueno, para eso tenéis que ver la película, que a pesar de tener muchos años y estar llena de estereotipos y que el guion flojee en unos cuantos puntos, plantea muchas cuestiones heredadas de los relatos clásicos de la ciencia ficción que acabarán siendo habituales en producciones posteriores. Además se ha conseguido integrar de manera muy eficaz elementos de la cultura oriental y las producciones yankis de catástrofes que amenazan a toda la humanidad, las visitas de extraterrestres y la aniquilación nuclear.