domingo, 25 de septiembre de 2011

Canalona y Picos de sta. Ana

Para esta actividad Pedro y yo contamos con la compañía de Mariu, que siempre está encantada de compartir nuestras aventuras montañeras. Nuestro plan era hacer las agujas de la Canalona y Bustamante el primer día y los Picos de sta. Ana por el Espolón Rojizo u otra vía paralela al siguiente. Al final hubo que acortar los planes y dejar la última aguja para otra ocasión. Las fotos son tanto mías como de Mariu.

El trío Calavera.

En el teleférico de Fuente Dé nos encontramos muchísima más gente de lo que esperábamos. Tuvimos que hacer cola durante más de media hora para sacar los tickets de subida y unas tres horas hasta poder subir… bueno, tal vez parte de la culpa también sea nuestra por tomarnos con calma el desayuno en Potes, pero es que no es plan de ir por ahí en plan espartano.



Peña Vieja, sobre el mar de nubes.

Una vez arriba cargamos los mochilones y nos pusimos en marcha hacia el Collado de la Canalona, donde establecimos nuestro vivac. Descansamos un poco, preparamos las mochilas de ataque y nos pusimos rumbo a la Aguja de la Canalona. La aproximación es relativamente corta, pero un poco expuesta debido a la cantidad de piedra suelta y tierra que hay en las fuertes pendientes que llevan al pie de vía.

Aguja de la Canalona (http://www.elmaquis.net/)

El primer largo consta de una trepada sencilla y fácil de asegurar que da lugar a una chimenea con menos posibilidades de meter cacharros. Mediante un poco te técnica de oposición y midiendo menos de 1,90 podemos subirla fácilmente. Llegamos a una repisa fácil en la que hay dos parabolts. El siguiente largo discurre rodeando la aguja hacia la izquierda, mediante pasajes un poco aéreos, pero sencillos y fáciles de asegurar, hasta llegar a un bloque abrazado por un cordino, ya muy cerca de la aérea cumbre. Puede resultasr interesante montar una reunión aquí, ya que la cuerda va a rozar mucho en el último paso para alcanzar la cumbre. Aquí se trata de subirse en una punta de roca y auparse sobre la repisa. Los que por culpa de nuestra estatura lo hemos pasado mal en la chimenea ahora jugamos con ventaja.


Asegurando el primer largo...

... que Pedro se gestiona con soltura.

No, no me gustan las chimeneas...


¡Cumbre!

En la cima encontraremos otro par de parabolts en los que montaremos reunión y el rapel posterior. En este primer rapel tuvimos la mala suerte de que se nos enganchó el nudo de la cuerda… ni p’alante ni p’atrás. Se encariñó de un piquito de la roca y hubo que remontar las cuerdas para desengancharlo. Para evitar jaleos este primer rapel puede hacerse con una sola cuerda, pero hay que estar un poco al loro porque no sobra demasiada. Para el segundo rápel sí hay que usar las dos para llegar a pie de vía.

El nudo se atasca y toca remontar la cuerda para desatascarlo.

Durante la escalada nos entretuvimos más de la cuenta, y junto con el tiempo extra de desenganchar la cuerda terminó por pillarnos la noche. Si la aproximación es delicada durante el día, de noche, con el cansancio acumulado y una sola frontal es toda una odisea. Ya en el vivac pudimos cenar un poco y descansar para estar al 100% para el día siguiente.

Las luces del amanecer tiñen de rojo las montañas.

Cuesta salir del saco...

Los Picos de sta. Ana tienen una curiosa franja roja por la que discurren dos vías de escalada: Espolón rojizo (AD sup) y Cara NO (AD inf). Optamos por la segunda vía, de dificultad un poco menor, pero aún así una vía interesante que sortea pasajes muy variados. La calidad de la roca varía bastante; en el primer argo, de placa con canalizos, la roca es excelente, con mucha adherencia y donde la escalada es un auténtico placer. La calidad de la roca en el segundo largo es algo peor y no es muy fácil de asegurar. En el tercer largo, que discurre por un diedro, es bastante disfrutón, aunque antes de llegar a la tercera reunión hay que atravesar unas pedreras que soltaron algunos “regalos” a los compañeros de la reunión inferior. El último largo surca una canal-chimenea que empieza con buena roca y acaba con la misma tónica, piedras sueltas que se mueven y pueden caer por el roce de la cuerda.




La roca es MUY adherente... a veces demasiado.


Por fin...
Llegar a la cumbre no implica que podamos bajar la guardia, puesto que el descenso no es muy evidente. Nosotros fuimos hacia la vertiente norte y montamos un rapel un poco precario sobre un puente de roca. Por suerte el anclaje no se vio muy solicitado, puesto que se trataba más de destrepar asegurado para evitar que un resbalón inoportuno acabase mal. Tras este rapel de unos 20 m. el resto del descenso es bastante incómodo, por pedreras de fuerte pendiente, hasta llegar al camino que nos lleva de vuelta al collado de la Canalona.
De vuelta al vivac recogimos las cosas y pusimos a prueba nuestras rodillas para regresar al teleférico. Hay que agradecer a la patrulla del GREIM del Potes, que andaban por allí entrenando, que nos bajaran en el Patrol; nos ahorraron una buena caminata.

martes, 20 de septiembre de 2011

Argaos y Porru Bolu

La vida del PhD candidate de último año (estoy en plena redacción de la Tesis) no deja mucho tiempo para las vacaciones, pero aún así este veranito me saqué un par de semanas dedicadas casi de pleno a la montaña.


En esta entrada del blog y en la siguiente os presentaré unas actividades chulas, de dificultad moderada, que se desarrollan en un marco tan incomparable como el de los Picos de Europa.
Mi colega Pedro está embarcado en su particular proyecto de subir 50 cumbres a lo largo de este año, y con la cresta de los Argaos se apuntaría varios tantos; además con el Porru Bolu, mítico torreón que domina Vegarredonda, a tiro de piedra, la jornada prometía ser muy fructífera.

Travesía de los Argaos (http://www.elmaquis.net/)

Tras dormir en el refugio de Vegarredonda nos pusimos en marcha con nuestra escalada de la cresta Madejuno-Tiro Llago aún en la mente, ¿será más difícil, más fácil? ¿Cuáles son los escapes? Este croquis dice una cosa y el otro otra distinta… dudas, preocupaciones y comeduras de tarro que no hacen más que calentar inútilmente la cabeza.

Amanece en el refugio de Vegarredonda.

La cresta comienza en el Collado de la Fragua; el primer Argao puede subirse fácilmente por la vertiente E, aunque nosotros nos embarcamos no sabemos muy bien por dónde hasta que el sentido común nos hizo darnos la vuelta y subir por donde lo hacen las personas normales. Una vez arriba no hay que seguir las líneas más evidentes de la montaña. Es una cresta fácil, que teniendo un poco de soltura puede hacerse con botas o zapas de montaña, una cuerda y apenas un puñado de fisureros para los pasos más comprometidos y algún rápel que no queramos destrepar. Hay bastantes pasos aéreos, fáciles y con buenos agarres, y un corto tramo de escalada propiamente dicha, que se asegura fácilmente.

Cresta de los Argaos y Porru Bolu.

Nos pasamos de listos y nos enriscamos un poco... En estos casos la cuerda y los gatos suelen ir en la mochila.

Diedro previo al paso más complicado. Aún así no era gran cosa.

No sabemos muy bien por qué, no subimos al último Argao, que parece ser que es el que presenta mayor dificultad. Craso error, puesto que nos embarcamos en un descenso bastante incómodo, con mucha gravilla y tierra suelta. Los rebecos nos miraban como diciendo: pero bueno, ¿y estos bichos torpes que andan haciendo por ahí? Animalicos…
Aunque teníamos previsto hacer el Porru Bolu al día siguiente, íbamos muy bien de tiempo, así que de la que bajábamos nos metimos en él. Es una escalada muy chula, con un primer tramo de chimenea, fácil (para quien le gusten las chimeneas, que no es el caso del menda) pero expuesta y difícil de asegurar. Es segundo largo es más variado, con tramos de placa, diedro y una mini-chimenea al final. La cumbre minúscula, muy aérea.

Vía normal al Porru Bolu (http://www.elmaquis.net/)

Pedro en la chimenea del primer largo.


Yo me gestiono la segunda tirada.


Felices, como dos lombrices.


Rapelando de la minúscula cumbre del Porru Bolu.

Tras un par de cervezotas volvemos a cargar las mochilas y volvemos al llano, mientras hacemos planes para la próxima salida.